El Reino Estupidamente Lejano



Una Oscura Promesa

Estaba ahí, esperando a que encontraran las ratas, pero decían que era mi paranoia, en cambio, encontraron rocas, y yo solo recordaba la forma en la que me habían torturado: Las palabras en otro dialecto,

El candelabro que se volvió espada para acabar conmigo,

Saber que yo era su esclava al pronunciar en murmullos esa frase.

Entre en pánico, hui,

Corrí entrando en la nieve, pensando que así no me encontrarían,

Me sentí a salvo revolcándome en la blanca espesura de la nieve que congelaba mis dedos,

Voltee hacia atrás

Recordé

Ellos me asesinaron, y renací en la nieve

Volví a entrar en pánico

Corrí entonces a un lugar donde no hubiese nieve, pero me di cuenta que ellos estaban siguiéndome

Ella pronuncio una frase sorda

Sentía como perdía el control de mi cuerpo, empecé a gatear torpemente en la nieve

Luego a saltar y a correr sin rumbo, hasta que volver al lugar del que quería escapar,

Ellos me esperaban,

Mi mente entro en desesperación de cuando aquella espada había atravezando mi cuerpo,

Tan solo quería escapar.

Podía sentir como se ahogaban mis pensamientos en mi propia sangre.

Empecé a sentir sus frías caricias, querían algo más de mi, pero a la vez sentía como algo cambiaba en mi cuerpo, una grotesca metamorfosis, sentía como empezaba a sangrar sin dolor alguno, pero el asco de no poder hacer nada y simplemente ser posiblemente violada.

Algo me hizo volver a mis cinco sentidos, pero ahora me encontraba en el suelo, tirada cual trapo usado, cubierta por una débil manta, semidesnuda.

Rabia

Dolor

Desesperación

Ellos se habían esfumado al igual que mi dignidad, me levante vistiéndome notando que a un lado mío se encontraba un pequeño espejo. Lo tome y observe el reflejo de una criatura extraña y grotesca, soltándolo sorprendida, al ver tal imagen tan impactante, parecía haber salido de la mente de un maniaco, parecía la imagen de una demonio, pero a la vez tan humana. Simplemente me dirige afuera llamando mi atención una camioneta color carmín estacionada casi en la entrada, abrí la puerta delantera y encontré una maleta la cual contenía armas, de extraña apariencia y medidas exactas a mis manos. Las tome, volví a entrar a ese lugar y dispare a todo lo que había en su interior, sin importar que yo no pudiera observar nada, el lugar termino destruido y ensangrentado.

Ellos ya habían muerto, pero yo, seguiría viva mucho tiempo más.