El Reino Estupidamente Lejano



Hojas en Blanco

¿Alguna vez has intentado imaginar lo imposible? Porque lo imposible existe, aunque el optimista diga lo contrario y que puedes lograr lo que te propongas. Yo sé que puedo convencerte dándote un ejemplo de lo imposible, simplemente cierra los ojos e intenta crear un color que no se base en los que conoces, algo único que solo nazca de ti.

….. ¿Ves que es imposible?...

Yo un día me topé con un ser imposible en apariencia, que me comenzó a frecuentar en una parada de autobús junto a un diario durante varias semanas.



Tenía 15 años, mi cabello era oscuro como el nublado cielo que anunciaba la tormenta y tenia ojos color avellana que se podían ver a través de mi abundante flequillo. Era hija única hasta hace poco, mis padres me dieron un hermano menor que tenía escasos 4 años de haber venido al mundo y yo vivía el mundo sin ganas a nada como estancada.

Ese día me dirigí a esperar el camión cuando me encontré en uno de los asientos de espera a un muchacho, vestido de traje, de cabello castaño, ojos color jade, facciones marcadas, muy atractivo y he de comentar que no soy la típica Barbie que busca a su Ken. Era como de mi edad, quizás 2 años mayor, me llamó la atención y me senté a su lado, pero cuando lo hice, se disipó en el cielo mientras dejaba en su lugar un diario usado pero nuevo entre el vapor que solía ser su cuerpo, el libro era color negro, con un candado dorado y con un nombre en el mismo oro que decía "xXxSergioxXx", lo tomé extrañamente intrigada, miré a los alrededores, parecía nuevo, la portada parecía usada, pero no vieja e instantáneamente me tomó por sorpresa un deseo aterrador por abrirlo, pensé que me llamaba la atención que fuese de un muchacho mi anhelo por horadar la cerradura y era raro, completamente fuera de lugar, embriagante, tan adictivo que me desconocía a mí misma, nunca me había gustado husmear en la vida de los demás, quizás porque yo exigía demasiada privacidad, a mi mamá le gustaba escribir y nunca me decidí a abrir un libro suyo del puro gusto, sinceramente no lo entendí, solo sé que el libro me atraía con un magnetismo fantasmagórico en el que yo me preguntaba ¿A dónde había tenido que partir tan particular personaje que lo abandono?, no me lo pregunté mucho ya que llego el camión y asistí a clases como el día a día de una vida estereotipada.

No tengo que contar nada interesante dentro de mi escuela. Eran las mismas clases fastidiosas y las interacciones con mi amigo rockero Marco clonadas durante el septenario.

Mi mamá iba de salida cuando llegué a mi casa ese día e inmediatamente me echó la responsabilidad de mi hermanito quien jugaba en mi cuarto que igual le pertenecía, mi casa era pequeña, así que mientras fuera joven le compartiría mi habitación hasta que se marcaran bien las diferencias de género.

-Hola Nadia—Me saludo desde el suelo casi con ternura…y yo el día de hoy en vez de Nadia me sentía más bien como "Nadie" desorientada en mi laberinto como una Revenant que salió de su túmulo.
Me lancé sobre mi cama y saqué el diario negro de mi mochila mientras sentía a un ser desconocido poseer mi cuerpo tirando el cerrojo violentamente después de golpearlo con un objeto romo como tal cual asesina serial. Realmente lo abrí como desquiciada, en un silencio casi premeditado y me quede de una pieza cuando descubrí el contenido.

No había nada, absolutamente nada, eran solo páginas en blanco, de un blanco tan puro como el de la nieve que yo me sorprendí de tan brillante color, sin embargo no estaba escrito nada y me sentí de lo más ridícula y me avergoncé gravemente de mi misma, ¿Cómo era posible que hubiese caído tan bajo? Me desconocí y me quede en mis pensamientos el día entero.

Al día siguiente me dirigí a la parada del autobús como el día anterior…y lo vi…al mismo sujeto, cabello castaño, ojos esmeraldas, tez pálida. Parado a la mitad de la calle mientras un mustang amarillo se le acercaba y un chevrolet daba la vuelta para transitar por la misma avenida.

-¡Hey!—Lo llame, notando como el coche se acercaba a atropellarlo, me levanté del asiento y me fui disparada a sacarlo del camino pero el chevrolet a su derecha a mí me pudo haber matado, a él solo lo atravesó el mustang amarillo como si no estuviera allí. Me pito el conductor del chevrolet para que me retirara de la avenida, el hombre que lo conducía me criticaba con zafiedad y evidente rabia.
Yo solo miraba al muchacho, notando como él no miraba a ninguna parte. Me fui a la banqueta desorientada para que el sujeto del chevrolet siguiera su camino y él una vez que los autos dejaron de transitar me miró a los ojos, con una mirada tan helada que me estremeció de inmediato.

-¿Cómo te llamas?—Pregunté después de un silencio casi en un susurro, casi con miedo.

El espectro me cortó la conexión visual y no me contesto, hubo un momento afásico entre los dos, inmediatamente llego mi autobús y yo subía las escaleras con parsimonia rendida hasta que escuche una voz masculina clara como un fluido purificado.

-Sergio

Inmediatamente me quise detener, me pregunte si debía devolverle el diario que aparentemente olvidó pero el automovilista me apresuraba, subí al camión y fui al colegio como cada día común mientras una emoción extraña me consumía.

El día siguiente sucedió literalmente lo mismo, con la única diferencia de que esta vez no atravesé la avenida como enajenada, él estaba allí parado, como la vez pasada.

-¿Es tuyo verdad?- Saqué el diario de mi mochila y se lo mostré

-No—Negó con la cabeza y yo me le quedé mirando como si me dijera groserías, ¿Que no habia notado que yo misma lo habia visto desvanecerse en el aire dejando el diario a su paso?.

-¿Eres un fantasma?-Pregunte. No me contestó. Hurgaba en sus bolsillos mirando el suelo.

-¿Quieres saber que hay en mis bolsillos?—Me preguntó en respuesta

-"No"—Pensé contestar, de verdad pensé en contestar esa palabra, después de todo a mí que habría de interesarme, pero respondí el antónimo como abrí el diario contra mi voluntad—Si

-¿A quién asesiné? Y ¿Por qué morí?—Cuestionó sin girarse y se desvaneció. Y yo me quedé ahí parada, sintiéndome extrañamente ridícula viendo la nada.

El día siguiente volví a verlo y el siguiente a este mientras él me llamaba con el mismo acertijo agobiándome más, como si me extrajera parte del alma cada vez que lo decía. Realmente no tenía una razón para contestar al acertijo, llegó el momento en el que me interesaba poco que se apareciera cuestionándome por semanas, pero luego se agitaba los bolsillos silenciosos y en verdad me llenaba de intriga, pensé un poco en las pocas cosas sabía, y me di cuenta de que no tenía nada de él, excepto su diario, deshabitado, lleno de páginas en blanco, con una portada nueva rasgada en las esquinas. ¿Cómo podía ser una portada nueva y estar usada? Bien, antes describí que estaba roto en los bordes, pero la pintura y el olor a nuevo era evidentemente fresco.

Y de nuevo aparecía cuando estaba en la parada.

La cuestion de cada día que mantenia en silencio.

-¿A quién asesiné? Y ¿Por qué morí?—Era la pregunta del año

Era el almuerzo cuando se me acercó Marco, mi amigo parecido a un punk que se peina de mohicana. Se preocupó por mí, como siempre hacen los amigos y ni siquiera le respondí. Me quedé en estado hipnótico hasta que note tres "x" cosidas en su mochila negra en posición "xXx", junto a los parches de sus grupos preferidos.

De inmediato me llegó en un destello la imagen del nombre del diario escrito xXxSergioxXx y se me ocurrió preguntarle a Marco acerca de eso.

-No, Nadia, no es por las películas para adultos—Me decía sonriendo candoroso-Es por el "Straight Edge"—Obviamente, no entendía a qué rayos se refería y cuando noto mi incredulidad prosiguió.—El Straight Edge es un movimiento del punk rock que se caracteriza por un compromiso de por vida de abstenerse del alcohol, tabaco, drogas y la promiscuidad.

Me le quede mirando a Marco por un momento, note que la información era irrelevante de acuerdo al acertijo de Sergio y decidí preguntar ¿Por qué la "X"?.

-Lo que pasa es que en los 80's una banda llamada Teen Idles en una gira iba a tener un concierto en un bar, pero eran menores de edad, así que hicieron un acuerdo con el personal en donde los marcaron con una "X" la cual advertía a los empleados del bar a no servir alcohol a ellos. De allí se adoptó la X como una marca de abstinencia a las drogas.

Por escasos momentos creí que sabía que contestarle al espectro de las mañanas después de esto, pero algo no me cuadraba, era una simple sensación, un presentimiento que me hizo reflexionar más a fondo el diario mientras hojeaba entre las páginas en blanco en mi cuarto, recordé lo perfectamente fresca que se veía la portada…Estaba nueva….pero usada….Y la palabras de Marco viraban en mi cabeza.

"Los marcaron con una "X" porque eran menores de edad"

Abandoné mi mente cuando mi hermano me salió con una de esas preguntas que hacen los niños por pura y mera curiosidad y al ver su rostro de información tan aislada, tan inocente, tan blanco, me llegó una idea repentina que me hizo salir de inmediato a la hemeroteca y me encontré con algo que aclaro todas mis dudas en tiempo y lugar.

La verdad no sé de dónde saqué la respuesta que le di a Sergio ese amanecer, no estaba en una novela de Sherlock como para adivinar la naturaleza de mi reflexión, tampoco había llegado a la casa de un homicida con luminol descubriendo sangre en las paredes como una experta en criminologia. Solo puedo decir que mi respuesta a Sergio el día siguiente fue correcta y no se relacionaba en lo absoluto con el Straight Edge.

-¿A quién asesiné? Y ¿Por qué morí?–Era la pregunta que me atormentaba y que al fin iba a contestar.

-Este diario es un hijo Sergio y está marcado con tres "X" a los lados porque era un menor de edad al igual que tú, las hojas están en blanco porque al ser un bebé no necesitó una vida de la cual escribir y la portada estaba usada porque terminaste con su vida a su corta edad. Es un diario porque te enteraste de un secreto y volviste como fantasma porque deseabas contármelo para perdonarte de la culpa de haber acabado con su vida y con la tuya de un disparo-Mi respuesta fue simple y me sentí nerviosa por escasos momentos.

Luego el espíritu de Sergio me sonrió y me mostro sus bolsillos. No me sorprendió el contenido. Estaban vacíos, como las páginas del diario.

El resto de la historia no se lo contesté al ánima que jamás volví a ver en la parada del autobús, entre mis sesiones a la hemeroteca me tope con un relato que hablaba de un asesinato en una graduación, el hecho de que Sergio estuviera de esmoquin me dejo de sorprender, usaba el mismo traje de sus compañeros graduados en las fotos, la historia hablaba de un muchacho que después de copular con su novia en una fiesta, se entero de su embarazo días después de hurgar en su diario, al niño solo se le alcanzo a poner el nombre, que era idéntico al de su progenitor ya que entre el eje de la desesperación, la falta de dinero y la inmadurez decidió matar al bebe pocos días después de nacido. El hecho de que los encontraran muertos a los dos, la policía lo dictamino como suicidio.

Cuando regrese a mi casa, me encontré con uno de los libros sobre los que escribía mi mamá en el librero, era la copia idéntica del que representaba al hijo de Sergio con la única diferencia de que este decía en letras doradas y sin candado mi nombre.

xXxNadiaxXx

Realmente las páginas del diario eran la representación pura de un nacimiento…de un bolsillo vacío….de una brisa….de un diario sin palabras….de hojas en blanco sobre las cuales el ser humano debe escribir una historia.

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